Un imperio de cincuenta metros cuadrados, un rey lunático y un trovador singular. Un pequeño territorio donde reina la excentricidad. Suenan las trompetas, ondean las banderolas. ¡Que dé comienzo el festejo! Todos estamos invitados a participar, simbólica o físicamente, en el banquete, ofrenda, baile o desfile real. Todo lo que el rey desee tendrá que…