Combinando circo, danza y teatro, esta propuesta entrelaza el horror y la comedia en una experiencia única e íntima. El protagonista se enfrenta a situaciones surrealistas en las que los objetos cotidianos y sus recuerdos cobran vida, atrapándolo en un mundo de caos y confusión. La estructura física de la casa refleja el estado psicológico del personaje y muestra cómo los espacios interiores pueden representar la complejidad de sus pensamientos. Esta comparación resalta la lucha interna del individuo y su búsqueda de comprensión en un mundo caótico.
Se utiliza la casa como una metáfora de la mente, y cada habitación simboliza distintos aspectos de la psique. Porque la mente humana es un lugar confuso e inexplorado, lleno de rincones oscuros que pueden resultar amenazantes. La sensación de alienación y la incapacidad de escapar de las propias limitaciones mentales son temas centrales. El artista busca profundizar en la relación entre el espacio físico y el estado mental, y sugiere que comprender uno implica explorar el otro.