‘Lazuz’ (moverse, en hebreo) es el dinámico encuentro entre un acróbata y un malabarista. Trabajando a partir del concepto de “conflicto”, tratamos de mover al otro fuera de su zona de confort. Cuando el malabarista usa el cuerpo del acróbata como un objeto a manipular, no le está pidiendo su autorización. En lugar de colaborar, los personajes se usan mutuamente para adquirir sus objetivos individuales. Para salir de esta situación, el acróbata activa su creatividad, y así, mejora sus habilidades. El conflicto los acerca a sus límites y, como resultado, los personajes crecen y evolucionan. El conflicto se transforma en una herramienta para mejorar.